Siempre se
ha dicho que el concepto de hijo único esta asociado con la extrema protección y la mala
educación. Sin embargo, hoy en día el panorama de esta situación está
cambiando. Las investigaciones llegan a asegurar que un niño que es hijo único
posee más cualidades que defectos. Antes, el hijo único tenía fama de creerse
el centro del universo, de ser egoísta, malcriado y rebelde.
Hoy en día se aprecia el lado positivo de la situación. Se considera al hijo
como una persona normal, independientemente de que sea único o no.
La familia y el hijo único
Según la psicóloga argentina Gabriela Ensinck, el hecho de ser
hijo único no es un elemento que define por sí solo el futuro de un niño.
Su evolución, como la de cualquier
otro, depende de la educación que le den sus padres. El hijo único puede tener
un desarrollo tan sano como el de un hijo con hermanos. Algunos problemas que
experimentan los niños, como la dependencia de los padres, el consentimiento,
la sobreprotección, introversión, etc, no son sólo características de los hijos
únicos. Se deben, en la mayoría de las veces, a la manera como los padres los
educan.
Hoy, entre el 20 y el 30 por ciento de las parejas tienen un
sólo hijo. Son muchas las familias que deciden tener un sólo hijo por
diferentes razones. En primer lugar, el tener sólo un hijo le da a la madre más
oportunidades para trabajar
fuera de casa. En segundo, muchos padres no llegan a tener el número deseado
de dos o tres hijos debido a una ruptura anticipada matrimonial. En tercer
lugar, la infertilidad, que impide el nacimiento de más niños. Y en China la
situación es especial. El gobierno limita la población obligando a las familias
a tener a sólo un niño.
Lo positivo y lo negativo de
ser hijo único
- Por un lado, para las familias supone la mitad de
preocupaciones y la mitad de gastos.
- Además es posible ocuparse mejor del hijo y darle más
oportunidades y facilidades en la vida. Existen expertos que afirman que los
hijos únicos poseen más capacidad para ser triunfadores en la vida.
- Consideran que el niño vive con una carga menor de ansiedad
pues no tiene que disputar el espacio ni la atención
de sus padres. Lo que a la vez en un inconveniente porque el niño no
aprende a compartir. Todo le pertenece.
- El problema de crecer sin hermanos es que todas las
expectativas y las exigencias familiares estarán puestas sobre él. Tal vez sea
por eso que algunos estudios señalan que un hijo único crece con ideas de
vencedor, debido a que sus padres proyectan en él sus propias ilusiones y
siempre le exigen dar lo mejor de sí mismo.
- El hijo único es el que sufrirá los miedos y equivocaciones
de sus padres. No tendrá con quien compartirlas. Y además, pueden que se
aburran un poco más que lo normal. Pero nada es tan definitivo. Tanto los hijos
únicos como los que tienen hermanos pasan por las mismas situaciones.
Recuperado de: https://www.guiainfantil.com/educacion/familia/hijounico.htm
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